Los días entre el 01 al 06 de julio se llevó a cabo
la reunión de MiReFALC, en Santiago de Chile, espacio que tuvo lugar para que
los miembros de dicho ministerio, compartieran las ideas pensadas y puestas por
escrito en un documento concreto, los cuales se presentan a continuación de
manera resumida.
En el artículo escrito por Fray Víctor Mora cuyo título es: “Buscar a Dios cuando el mundo se aparta de él. Una lectura de 1Re16,29-19,21: espiritualidad y contexto social”, a partir del cual presenta la
necesidad y la importancia de vivir bajo la libertad y el poder de decisión, donde
cada uno auténticamente pueda responder a las exigencias de la vida sin
condicionamientos que impidan y obstaculicen el crecimiento personal y
comunitario. Ni la religión misma está siendo capaz de responder a los desafíos
y retos actuales, pues sus protagonistas no se comprometen a llevarla como
debiera ser hacia adelante, como fuerza impulsora, y desde allí no ofrece nada
atractivo ni atrayente, siendo así que los adeptos a la religión se van
alejando, porque donde esperan encontrar ayuda y respuesta a sus inquietudes,
se les ofrece más de lo mismo, y poco o nada nuevo. La esperanza está sembrada en
que algo nuevo debe seguir surgiendo, como sucedió con el profeta Elías que
trajo una palabra de novedad, que es la de Dios, que entra en el alma del ser
humano para renovarle el corazón, y hacer de las personas seres con capacidad
de amar, pues a cada momento se hace presente en la historia.
El artículo de fray Rogeiro Pereira, tiene como título: “Revisitando a fraternidade franciscana na Modernidade Líquida” (traducción
al castellano: “Volver a mirar la fraternidad franciscana en la modernidad
líquida”). El contenido va dirigido en presta atención a situaciones y/o
experiencias que se viven actualmente dentro de nuestras comunidades: monólogo
y diálogo, como que él los menciona como elementos que suceden en esos espacios
fraternos. Aunado a esto se tiene el miedo de hablar, de compartir en los
conventos. Y es aquí donde no se debe olvidar que... “Francisco propõe uma vida
religiosa moldada sob a égide da Sequela
Christi”, para vivir y potenciar relaciones transparentes, auténticas,
sólidas, no que se crean en la liquidez o en la superficialidad, ya que esto
conduce al poco compromiso de crear vínculos basados en el amor. El deber del
hermano es ocuparse por la promoción y vivencia de relaciones sólidas, porque:
“Para o penitente de Assis os irmãos são presentes
dados pelo Altíssimo.”
Fray Darío Mazurek en su escrito llamado: “Evangelización a través del testimonio de la vida fraterna. Francisco
de Asís y la enseñanza actual de la Iglesia”, por
medio del cual destaca que en medio de la comunidad es fundamentalmente
importante “… el signo del amor y de la unidad”. Asimismo, señala “… que las
intuiciones misioneras de San Francisco de Asís, que vivía ocho siglos atrás,
se reflejan en la actual enseñanza de la Iglesia.” Y continuando bajo la clave
misionera sostiene que “El anuncio de la Buena Nueva formaba parte integral de
la vida de los frailes, que adquirió tres dimensiones, pues se refería a la
oración, a la predicación y al ejemplo, donde el buen ejemplo tenía prioridad
antes de la predicación de la palabra.” Siendo que a través de la misión vivida
en la fraternidad llegaba a ser “signo eficaz de evangelización.”
El objetivo de Fray
Jorge Peixoto, en su artículo: “Sencillamente
«hermanos» y «menores». La minoridad en las Constituciones”, consiste en “reconocer
la espiritualidad de la minoridad
entre los documentos de la Orden y el texto de las actuales constituciones.
Valorar el aporte de las reflexiones en los documentos de la Orden y otros
escritos de la espiritualidad minorítica para insertar aquellos elementos que
no aparecen en las Constituciones y que realmente puedan actualizarla.” Inicialmente
plantea tres temas que se encuentran en las actuales constituciones de la Orden,
como son la fraternidad: elemento
esencial de la Orden, la minoridad: llamada
nota fundamental de la Orden y la conventualidad:
nombre específico de la Orden. “El tema de la minoridad es uno de esos
aspectos esenciales del franciscanismo, y también del cristianismo del que
extrae su contenido, pero que trae ciertas complicaciones a la hora de concretarlo en la vida.” Y “Situarse como
menor ante el otro es la manera que tiene Francisco de vivir la vocación
cristiana.” “… la minoridad es una categoría relacional en la que el hombre se
sitúa en ‘último lugar’ ante Dios, ante su hermano y ante sí mismo como
seguimiento expreso de Jesucristo.” “La minoridad se nos presenta entonces,
como ese lugar humano de vida teologal, donde de la manera más intensa se
significa la pobreza y la fraternidad, donde se hace próxima y sensible la
experiencia del carisma, se revela para los franciscanos como un acontecimiento
sacramental.” Finalmente, “La pregunta que se le dirige a los franciscanos de
hoy, y que condiciona toda su espiritualidad es la siguiente: ¿se quiere
meramente anunciar el contenido del franciscanismo o vivirlo como ‘estilo de vida’ en la sociedad?”
En su artículo: “Prolegómenos a la fraternidad: algunas
interpelaciones actuales”, fray
Roberto Tomichá, sostiene que: En el caso del carisma franciscano
conventual, que considera la fraternidad
como uno de sus pilares identitarios, es preciso tener en cuenta algunos
condicionamientos e interpelaciones del contexto actual para su mejor
comprensión y expresión (significatividad) a las nuevas generaciones. En
concreto, la fraternidad se ha de releer como movimiento dinámico permanente de
inter-relación, que es ante todo actitud
de vida. Es un movimiento de reciprocidad humano-cósmica, muy atento a
escuchar sin prejuicios a todos los seres vivos y no vivos. Ya el mismo
Francisco de Asís señala que el hermano debía someterse «a toda
humana criatura por Dios» (1 R 16,6), en señal de minoridad
y reverencia a la creación.” Este movimiento permanente se puede
expresar con el prefijo “trans”. Lo “trans” es expresión de movimiento
complejo, de densidad tradicional y de superación creativa de las diversas
realidades existentes, que enmarcan y condicionan las expresiones religiosas y
carismáticas, como las “identidades” mismas del carisma franciscano y su
vivencia de fraternidad. Estas concreciones transpersonales, transrelacionales,
transculturales y transdisciplinarias se sustentan y fundamentan,
paradójicamente, en lo transitorio,
que adquiere densidad sólida y fundamento último, en el Misterio divino
Trinitario, fascinante y tremendo, que en la encarnación asume toda limitación
e incertidumbre humano-cósmica para otorgarle un sentido pleno y definitivo.
Ante el Misterio el hermano menor está llamado a seguir un camino itinerante,
nomádico, incierto y muy abierto a las sorpresas del Espíritu. Se trata de
vivir cotidianamente en tienda, en
los diversos escenarios actuales y en diálogo profético con los sujetos
emergentes.
Fray Christian Borghesi expuso sobre: “La presentación de las estadísticas de la Orden 2013”. A través de
la cual presenta la difusión de la Orden en los diferentes países del mundo,
donde en la mayoría de los conventos prevalece el trabajo parroquial, a
diferencia de Europa donde un cuarto de los conventos no parroquiales se
dedican a atender santuarios u otras iglesias. Asimismo, presentó la difusión
de las casas formativas. A diferencia con África, son muchos los conventos que
han sido cerrado por falta de vocaciones, mientras que en Asia y América Latina
se mantienen. Y en esos tres lugares se concentra la esperanza de un repunte
vocacional.
Luego, fray
Miguel Ángel López compartió su escrito titulado: “La minoridad como cambio de lugar social, religioso, político desde la
transformación discipular en el Evangelio de Jesús”. El artículo trata de
sondear el carisma franciscano en sus intuiciones fundantes para intentando desde
allí, una respuesta válida a la renovación de la vida franciscana que la Iglesia
Latinoamericana en Aparecida está pidiendo a los hermanos Menores.
Tradicionalmente se consideró las fuentes hagiográficas franciscanas como el
dato histórico más seguro sobre los textos inspiracionales de Francisco
Bernardone en su proceso de Conversión. Hoy los estudiosos no se expresan con
tanta seguridad sobre estos datos. Los hagiógrafos pueden haberse inspirado en
textos que expresaban simbólicamente el camino recorrido por el Nuevo santo de
Asís pero no necesariamente trasmitir el histórico texto inspirador. El
articulo llega a la conclusión que dos son los conceptos inspiradores de
Francisco el “Sequi vestigia Christi”
de 1 Pedro 2,21, que sostendría la espiritualidad del “seguimiento” o “Camino
discipular” y el “Sancta operatio”
que expresaría la idea de la relectura
actualizante que Francisco hace de las palabras, dichos y gestos de Jesús
de Nazareth. El artículo se detiene, luego, en Jesús y su grupo familiar, el
conflicto con la familia, con la aldea, con la región, con las autoridades
políticas y religiosas, para detenerse en lo que llama “espacios liminales” que desde un “sistema de reciprocidades” orientan y transforman a Jesús y su
grupo de seguidores-discípulos/as en
lo que se ha venido a definir la “Nueva
Familia de Jesús como reino de Dios”. Desde estas coordenadas se intenta
redefinir y recolocar el concepto de
discipulado misionero en la radicalidad del seguimiento de Jesús.
Finalmente, mediante la confrontación con los escritos de San Francisco se
querrá demostrar que el seguimiento de Jesús
que Francisco llama seguir sus huellas
y que la tradición identifica con minoridad, no es otra cosa que re-leer y re-crear, en su contexto
cultural, el camino y las exigencias
discipular para ingresar en la Nueva familia de Jesús. El artículo concluye
retomando los desafíos e indicaciones del Documento
de Aparecida para proponer los
interrogantes sobre como hoy las hermanos de Francisco re-leemos y
re-interpretamos este pertenecer a la nueva familia de Jesús.
Finalmente, fray
Antonio Quiceno hace su aporte acerca de la elaboración de su escrito que
denomina: “El buen olor de la
fraternidad”, cuyos ejes centrales se encuentran transversalizados por la
fraternidad que comparte, la fraternidad franciscana, la fraternidad consagrada
y oler a hermanos. A partir del texto bíblico de Hch 2,42 y de 1 Celano 21 ss.
Donde se destaca cómo el calor de los hermanos es lo que empieza a constituir
aquel deseo ardiente de reunirse, porque empezaba a ser el fundamento para la
fraternidad. La fraternidad comienza a amarse en medio de las dificultades, y
cómo esa comunidad muestra al hermano: ese que está allí me muestra el rostro
de Dios. Si los sacerdotes tienen la característica de oler a ovejas: ¿qué
clase de olor debe llevar los hermanos?
Síntesis elaborada por fr. Marco Umaña
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